lunes, 10 de enero de 2011

El placer de releer

Anonima rescata su pequeña libreta, abandonada en el rincón de su refugio, la abre lentamente, y comienza a relatar, a todos aquellos que quieran escucharla, los irregulares trazos que aspiran a ser letras, letras que a su vez sueñan con ser frases, y frases que ahora Anonima cuenta a sus refugiados: 



No soy de releer libros. Rotundamente que no. No me gusta para nada volver a leer una obra de la que ya disfruté una vez. La verdad es que, aunque haya amado la novela, veo una pérdida de tiempo leer una historia que ya me conozco. Además parece aún más absurdo perder el tiempo en volver a leer los mismos libros de nuevo, habiendo tantas obras en el mundo.  Parece una pérdida de tiempo releer historias que conoces, habiendo otras que esperan.
Sin embargo, mi opinión murió cuando me dio por releer 1984.
Es más, este último trimestre ha sido un trimestre de relecturas: 1984, Las crónicas de la Torre, etc.  Y en mis relecturas he descubierto que tenía algunas lagunas. Grandes lagunas. Algunas veces sentí que mis ojos jamás se habían posado en aquellos pasajes escritos, que el libro que tenía en mis manos no había pasado realmente por ellas. Redescubrí de nuevo las historias que me enamoraron una vez, y volví a enamorarme nuevamente de ellas, pero esta vez sentí un enamoramiento distinto al de la vez anterior.
Si eres de los que no prefieren volver a leer una obra porque ya la has leído, y no quieres perder tiempo, te aconsejo que te pares a pensar un poco, y que cambies de opinión. Eso sí, es bueno leerla después de un par de años, más que nada, porque habrás creado una visión más madura, y además… ¡casi habrás olvidado la historia, y te parecerá completamente nueva!

Anonima cierra de un golpe el cuaderno, dejando escapar éste un huracán de polvo.

miércoles, 5 de enero de 2011

Bienvenidos al refugio

Hola. Estoy aquí.
¿Buscas un refugio? ¿Andas aburrido por la red y no sabes qué hacer? 
Te invito a mi refugio.
Sí, soy yo. Soy yo la que teclea estas líneas, la que te está hablando desde el otro lado de la pantalla.
No esperes nada extraordinario, porque no va a suceder nada extraordinario. 
Hoy abro mi blog. Estais invitados.
 Tú. Y él. Y aquel otro. Todos estáis invitados.
Mi nombre es Anonima. Mi apellido Anónima.
Bienvenidos a mi refugio.